que las pacientes sean evaluadas en la consulta de riesgo preconcepcional para decidir
el momento justo en que estén compensadas. De igual modo, el seguimiento se
realizará mensualmente desde el primer trimestre y partir de las 15 semanas será
quincenal. Se sugiere planificar la inducción del parto en la semana 37-38 en ausencia
de anormalidades.
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El caso en estudio se realizó un total de 22 consultas prenatales
con seguimiento quincenal en el primer trimestre y luego semanal en 2 y 3 trimestre, se
planificó su cesárea en la semana 39 según los protocolos de actuación, teniendo un
resultado perinatal favorable con respecto a los 2 embarazos anteriores.
De acuerdo a la clasificación de SAF de 2005
3
, las tres manifestaciones del SAF son
muerte fetal intrauterina inexplicable (IUFD) a ≥ de 10 semanas de gestación, embarazo
pretérmino ≥ 34 semanas debido a preclampsia severa o rasgos reconocibles de
insuficiencia placentaria o al menos 3 embarazos perdidos de forma inexplicable y
consecutivos antes de las 10 semanas. Un estudio encontró que la IUFD fue el más
frecuente signo de SAF y se relacionó con complicaciones maternas
7
, elemento que
coincide con en el presente caso.
El principal objetivo del manejo SAF es la prevención de los episodios trombóticos o de
las complicaciones obstétricas. El tratamiento debe comenzar lo más precozmente
posible, incluso antes de la gestación. Los investigadores coinciden en que el primer
paso terapéutico es el antiagregante plaquetario sólo en pequeñas dosis de aspirina si
no hay trombosis. Se añade anticoagulantes: Heparina, si existe antecedente de
enfermedad trombótica y las Inmunoglobulinas se utilizan si lo anterior falla.
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La
gestante durante su atención prenatal y posnatal presentó tratamiento con aspirina y
fraxiparina
de acuerdo a los protocolos vigentes cumpliendo así las pautas de
tratamiento establecidas. Además, el tratamiento del SAF-O debe incluir a un equipo
multidisciplinario de especialistas: obstetras, inmunólogos, hematólogos e internistas
maternos fetales, que tengan experiencia en el manejo del síndrome. El éxito del
tratamiento se basa no solo en la intervención medicamentosa, sino también en el
estricto control y seguimiento durante todo el embarazo e inclusive en el período
preconcepcional y post-concepcional.
En la bibliografía médica internacional se reconoce ampliamente esta entidad clínica, a
pesar de su relativa baja incidencia, pero a juicio de las autoras, en nuestro medio y en